9 motivos para morderse la lengua en una reunión

Parece que nuestro cuerpo y nuestra mente están diseñados para hablar, para comunicar, para opinar, para decir lo que pensamos en cada situación, pero a veces “más comunicación” se convierte en “más problemas”. Sería genial tener un manual para saber cuánto y cuándo hablar para no meter tantas veces la pata. Evidentemente este manual no existe. Es más, si existiese nos quitaría esa naturalidad que tenemos como seres humanos y eliminaría parte del proceso de ensayo-error por el que vamos aprendiendo.

Sea como sea, a lo largo de estos años liderando equipos de trabajo, he ido descubriendo que hay situaciones en las que el silencio puede ser un recurso mucho más potente que las palabras. 

SITUACIONES EN LAS QUE VALE LA PENA ESTAR CALLADITO/A

1. La gente está más pendiente del móvil o del correo que de la reunión: en momentos en los que los asistentes tienen mil temas que atender además de la reunión, sería útil no compartir información importante en esos momentos ya que el nivel de malos entendidos y pérdidas de detalles importantes son realmente grandes. En esos momentos no pierdas tiempo ya que después tendrás que invertirlo para aclarar distintos puntos.

2 Sientes que vas a ser muy impulsivo y después te puedes arrepentir: hay muchos momentos en los que dejarte llevar por tus impulsos más irracionales te puede costar caro. En ese tipo de situaciones es fácil que digamos ciertas cosas que puedan molestar a otros y dañar la relación. Cuando notes que vas a ser muy impulsivo, te conviene morderte la lengua y dejar que pasen 24 horas. Curiosamente después de este tiempo, sientes que no tenía tanta importancia lo que ibas a comentar o que incluso puedes hacerlo desde la calma.

3. Te falta información y podrías meter la pata: es muy habitual que sientas que tienes información suficiente para opinar pero hay situaciones en las que había información relevante que no tenías a tu disposición. En estos casos, antes de abrir la boca para opinar o hacer un juicio, te puede resultar más útil preguntar, investigar y recoger detalles que te puede dar tu equipo.

4. Alguien tiene necesitad de sobresalir por encima del resto:en muchas reuniones te encuentras con asistentes que necesitan hacerse escuchar, personas a las que le gusta quedar por encima del resto. En estos casos, no se trata de que dejes que monopolicen toda la reunión sino más bien de no entrar en demasiados debates con ellos puesto que sería una forma de darles aquello que están buscando.

5. Vas a decirle algo a una persona que no va a servir para nada: en el tiempo vas conociendo a cada persona que integra tu equipo. A veces te encuentras con seres humanos a los que les cuesta tanto escuchar a otros que lo que le digas le entrará por una oreja y le saldrá por otra. En estos casos es más útil no gastar mucha energía hablando y hablando con la persona sino que es más útil pasar a determinadas acciones que la hagan pensar y cambiar.

6. Vas a hacer una crítica en público: es muy fácil que aprovechemos una reunión para comentarle a alguien un error, un fallo, una equivocación. De alguna manera esto se convierte en una crítica que por muy constructiva que sea puede dejar en evidencia a la propia persona. En estos casos es más útil que te muerdas la lengua durante la reunión y cites a la persona para hablar con ella a solas al terminar la reunión o en otro momento.

7. Vas a reconocerle algo positivo a una persona delante del resto: ésta sería la otra cara de la moneda. Se trata de ese momento en el que aprovechas que tienes allí a la persona objeto de reconocimiento para decirle lo que piensas de ella, de su trabajo, de su actitud, etc. Como ya hemos comentado anteriormente en otro post, esto sería un error ya que es mucho más útil hacer ese reconocimiento en privado para no crear nuevos problemas de interacción entre ellos.

8. La gente está más pendiente de acabar la reunión que del contenido de la misma: hay momentos en los que la gente va tan cargada de trabajo u otros temas, que la notas con ganas de acabar la reunión. A no ser que tengas un tema que comentar urgente e importante para ese mismo día, vale la pena finalizar la reunión y dejar ese tema para la siguiente reunión.

9. Sientes que no es tu día, que te has levantado con el pie izquierdo: hay días que en el mismo momento en el que te levantas sientes que no va a ser el día perfecto. Igual no te encuentras bien, o no has dormido lo suficiente o igual te sientes con inicios de un resfriado, pero te da la sensación que tienes ganas de “conflicto”. Ese tipo de días vale la pena que tu comunicación sea breve y concisa ya que es muy fácil que metas la pata si dices más de la cuenta. Y nada, espera a mañana que seguro que es otro día. 

RETO DE LA SEMANA:

Esta semana te propongo el reto de que te apuntes en una libreta cuántas veces has intervenido en una reunión con tu equipo y de todas ellas valora del 1 al 10 cuán apropiado ha sido que abras la boca. Lo más probable es que sientas que en muchas de esas situaciones no has llegado a aportar nada más importante que lo que habría aportado tu propio silencio. ¡Vamos a ponernos a prueba!

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Reme Egea
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto educativo "Con los pies en el aula", Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

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