Aprendizaje…¡y cuenta nueva!
Seguro que has escuchado alguna vez en tu vida la famosa frase de “Borrón y cuenta nueva” pero creo que me acabo de inventar otra frase que más bien podría enriquecer a la anterior. Desde mi punto de vista el “borrón” llega a ser una pérdida porque si algo ya está vivido, ¿por qué borrarlo? ¿Por qué hacer como si no hubiera pasado? ¿Y si hiciéramos algo útil con ello?
No sé, yo soy de esas que intentan aprender hasta de una piedra…¿te unes?
EXPERIMENTOS EN MEDIO DE LA CALLE
Hace unos meses se realizó un experimento en medio de las calles de New York. Algo sencillo: 24 horas, una pizarra en blanco, unas tizas de colores y una frase en la parte superior que decía: “Write your biggest regret” (“Escribe tu mayor arrepentimiento”).
La gente pasaba, se paraba a mirarlo y a partir del primer atrevido que escribió su frase, la pizarra se fue llenando de decenas de “arrepentimientos”. Y a medida que la pizarra se fue llenando descubrieron que había algo en común en casi todas aquellas frases: el no. Es decir, la mayoría de cosas por las que la gente se arrepentía era por palabras que NO se dijeron, riesgos que NO se tomaron, proyectos que NO se emprendieron, sueños que NO se persiguieron…
¿No te resulta curioso que con lo diferentes que somos los seres humanos tengamos tanto en común? A mi sí. Me parece curioso que gente de distintas edades, distinto género, nacionalidades o experiencias vividas, acaben teniendo en común estos detalles.
¿POR QUÉ NO SACARLE PARTIDO AL ERROR?
Es posible que aquello que cada uno escribía fuese un error, una equivocación o un fallo tremendo, pero ¿por qué borrarlo? Creo que no es útil y además no es posible. Lo vivido, vivido está y posiblemente cuanto más intentamos olvidar algo, más lo revivimos en nuestra memoria. Aquello que hicimos y aquello que no, nuestros aciertos y errores todos ellos forman parte de lo que somos en este momento.
Por eso te planteo algo que creo que puede ser mucho más útil para cambiar el “Borrón y cuenta nueva” por “Aprendizaje…¡y cuenta nueva!”. A lo largo de nuestra vida vamos tomando decisiones y pasando por mil experiencias distintas. Unas serán más disfrutables, otras lo serán menos pero lo que está claro es que de todas y cada una de ellas se puede aprender.
Para ello, cada experiencia la puedes “someter” a una serie de preguntas que te permitirán extraer toda la sustancia y aprendizajes de lo vivido. Te lanzo alguna de esas preguntas que yo me suelo plantear en este tipo de situaciones:
Y con todas esas respuestas me doy cuenta de que he ido desarrollando nuevas habilidades, nuevas actitudes, nuevos valores y formas de reaccionar en ese tipo de situaciones. Me doy cuenta de que voy aprendiendo sobre mis fallos, sobre mis recursos, sobre todo aquello que me queda por aprender para ser mejor persona. Es curioso, porque cuando cambias la opción de machacarte a ti mismo por la de aprender, sientes que las opciones pueden ser infinitas.
En general no suelo ser muy amante de los “siempre, nunca, todo, nada”…pero en esta ocasión me atrevo a lanzar una de esas frases categóricas: te aseguro que por muy mala que sea la experiencia por la que hayas pasado, SIEMPRE puedes aprender algo, SIEMPRE, SIEMPRE.
RETO DE LA SEMANA:
Esta semana te propongo un nuevo reto. Se trata de que elijas una experiencia que hasta el momento hayas catalogado de negativa y que la “sometas” a esa serie de preguntas que te he planteado. Si no es demasiado pedirte, anota las respuestas. No te quedes simplemente pensándolas, sino que puedes ir un poco más allá, anotándolas en un papel de forma que el viento no se lleve tus palabras.
¡Nos vemos la próxima semana!
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