Bye Bye, empresa

Bye Bye, empresa

Son muchas las personas que a veces se van voluntariamente de una empresa, se autodespiden, hacen sus maletas y sonríen al salir por aquella puerta que no volverán a pisar cada mañana. Algunos solo llevaban semanas, otros meses y otros llevaban años. Los motivos por los que alguien abandona una empresa pueden ser muy variopintos: motivos de mejora profesional, motivos personales, motivos de emprendedurismo o incluso motivos de “estoyhastalasnarices” de esto.

Pero hoy no voy a hablaros del que abandona sino del “abandonado o abandonada”, es decir, de ese jefe que se queda sin una persona en su equipo de trabajo. Os hablaré de ese punto de vista puesto que es aquel con quien trabajamos en nuestro día a día profesional.

PISTAS IMPORTANTES

Cuando empiezo a trabajar con un equipo, hay un medible que me da un sinfín de pistas sobre lo que allí está ocurriendo en los últimos años: conocer con detalle cuál es el rodaje del equipo ¿cuánto tiempo lleva cada miembro del equipo? ¿Quién se ha ido? ¿Por qué? ¿Cuánto tiempo estuvieron en la empresa? ¿Y en ese equipo?.

Uno de los puntos más curiosos es que cuando preguntas por estos datos al responsable suele tener mil y una justificaciones del tipo:

• “No me preocupa que se haya ido fulanito porque el nuevo que ha llegado mejora con creces al anterior.”
• “Mira, prefiero que se haya ido porque no me gustaba cómo funcionaba y si no se hubiese ido él mismo, tendríamos que haberlo despedido nosotros.”
• “Seguro que en cualquier otra empresa le han ofrecido algo más de dinero y por eso se ha ido…¡qué materialista es!.”

Y con estas y otras mil explicaciones esconden la verdad de lo que realmente ocurre…

LA VERDAD DE LO QUE OCURRE

El problema no es si se va una persona, dos o tres a lo largo del tiempo, lo importante es ese entrar y salir continuo de personas. En una de mis empresas clientes he visto salir y entrar en los últimos años a 7 personas en un equipo directivo de 12 personas. El jefe de la misma daba explicaciones como las que os he mostrado, todas estas y muchas más pero la verdad se escondía tras ellas y no quería ser vista por él: NO LE SOPORTABAN.

El problema en este tipo de situación es que el jefe vivía del autoengaño, pensando que hay otros motivos para que dejen la empresa. Evidentemente ninguna de las personas que abandonaba sus proyectos se atrevía a decirle los motivos reales por los que lo hacía, nadie se atrevía a mirarle a los ojos y darle la oportunidad de hacerle crecer y mejorar como persona y como profesional, nadie, ni uno de los 7 que habían abandonado se planteaba ni por un momento ayudarle en esa dura tarea de darse cuenta de sus equivocaciones.

Unos abandonaban por las formas de comunicarse que tenía con ellos, otros por la sensación de no saber nunca qué es lo que realmente se esperaba de ellos, otros porque las promesas iniciales no se veían cumplidas y otros porque sentían que su trabajo no era reconocido por el jefe, pero lo que a todos les unía era el hecho de no atreverse a comunicar todo aquello que sentían.

Y en ese punto, en el que nadie se atreve a ir más allá, justo ahí, empieza uno de los trabajos más apasionantes que se puede hacer con una empresa…¡el cambio real en el jefe! Una aventura que durará meses, que hará que el propio jefe tenga que escuchar demasiadas cosas que hasta el momento no ha escuchado, palabras basadas en la realidad que sin duda le dolerán, le tocarán muy adentro, pero justo en ese punto se abrirá una aventura todavía más apasionante: la de dejar de ser solo jefe, para convertirse en líder de sí mismo y de cualquier equipo que se le ponga por delante.

RETO DE LA SEMANA:

El reto de esta semana consistirá en buscar a una persona que se haya ido de alguno de los equipos en los que has trabajado o colaborado y que retomes el contacto para investigar si los motivos de su salida tuvieron que ver en algún punto en tus formas de hacer, de ser, de comunicarte o en cualquier otra de tus habilidades. ¡Ya nos cuentas!