Decide: ¿ser madre o tu carrera profesional? [Parte 2]

Volvemos esta semana con la segunda parte de ese post con ese título demasiado contundente, extremo o incluso políticamente incorrecto, pero una frase que como te dije en el post de la semana pasada había escuchado demasiadas veces en mi vida.  

SEGUNDO RETO: EL IMPASS-UN HOSPITAL COMO CENTRO DE TRABAJO

El segundo reto empezó cuando todavía esperaba tener 6 semanas más de preparación, de cerrar proyectos y de dejarlo todo listo para no complicarles el trabajo a mis compañeros. Un problema en la placenta de Leone, les hizo ver la luz con tan solo 1300 y 1900 gramos respectivamente. Si conoces el mundo de los neonatos sabrás que esto tiene grandes implicaciones: con ese peso no se puede salir del hospital y mucho menos con las problemáticas que un prematuro puede presentar por lo que esto significaba vivir durante un tiempo en aquel lugar que se convirtió en mi casa, en mi centro de trabajo y en un lugar repleto de aprendizajes y emociones.

Y aquí empezaron las primeras oportunidades para tumbar día a día el mito:

1. Ya están aquí: Nacen el miércoles 14 de junio y el viernes 16 tenía una reunión con dos compañeros de mí empresa. Se da por sentado que se anula la reunión pero…¿por qué? Yo estaba sin poder moverme demasiado de una cama de hospital. La única diferencia que había es que yo no iría vestida con ropa de calle sino con una bonita bata azul, y que en vez de estar sentada en una silla, lo estaría en una cama reclinable. Todavía recuerdo la cara de sorpresa al entrar el doctor y vernos a los 3 con los portátiles trabajando: “No te voy a preguntar si estás bien, porque lo veo con mis propios ojosEs la primera vez en mi vida que veo esta escena. Enhorabuena”.

2. Mi salida del hospital:3 días después me dan el alta ya que el hospital no es un hotel y se produce un momento tremendamente duro: salgo una noche de allí (estirando las últimas horas del día a su lado), sin barriga y sin bebés. Estoy segura de que si alguien habéis pasado por esa situación es de un dolor inmenso. Sales de allí, apretando los dientes y aguantando las lágrimas hasta que llegas al coche y durante unos segundos te vienes abajo. No te voy a decir que esa noche trabajé…¡mi mente, mi corazón y mis fuerzas se habían quedado a su lado!

3. La otra cara de la moneda:Será duro salir de allí sin ellos pero te puedo asegurar que al día siguiente te levantas con una ilusión que te hace comerte el mundo de un bocado. Te arreglas, te vistes para volver a verles y pasar tu día pegado a ellos, en su UCI, dándoles con el método canguro toda tu energía. Es tan bonito cada mañana volver a verles, que esta motivación te da la fuerza para desarrollar proyectos profesionales que tienes entre manos en mucho menos tiempo del habitual.

4. Las horas de máxima productividad: Las mañanas en la zona neonatal son de máxima actividad y te puedo decir que también de subida gradual de estrés. Empiezan a hacer mediciones, pruebas, a pasar médicos por lo que tu capacidad de atención laboral es mínima hasta las 14h. Cada día, a esa hora, pasaba mi pediatra a darnos el parte de las últimas 24 horas y a partir de ahí, cada día que había buenas noticias, empezaban “mis horas felices”. Te puedo asegurar que en solo dos horas, con toda esa tranquilidad de que iba bien, sacaba el trabajo de todo un día. Acudía a mi pequeña oficina (espacio reservado de descanso para padres de neonatos), me conectaba con mi portátil, y el trabajo quedaba listo en pocas horas.

TERCER RETO: LA VIDA

Después de unas semanas, llega el momento tan tremendamente espectacular de que dos prematuros vean la luz del sol por primera vez en su vida. Y desde ahí han sido 18 meses de continuar desmontando día a día ese mito. Te pongo más ejemplos reales:

1. Reuniones: Durante las primeras semanas, su vida consistía en dormir bastantes horas por lo que formaron parte de nuestras reuniones. Yo tenía a uno en brazos y el otro casi se lo sorteaban entre mis compañeros. El simple hecho de tener un bebé durmiendo en brazos le daba un toque de tranquilidad a las reuniones increíble, nadie grita, tan solo escuchaban, aportaban con calma y nos convertimos en más creativos si cabe.

2. Lactancia y vida profesional: ¿Imposible? Depende del trabajo que realices pero en nuestro caso para nada. Eso sí, tuve que entrenar a Giorgio y Leone y hacerles compartir los recursos desde el minuto 1 de su vida. Por ponerte un ejemplo concreto: parte de mi vida está en las aulas de formación con directivos. Esto significaba que ellos tenían que estar cerca para que cuando se produjese la pausa, estuviesen en la misma puerta. A partir de ahí buscábamos un lugar tranquilo y cada uno comía en 10 minutos (la pausa dura 20). Te puedo asegurar que esto les ha hecho muy adaptables a distintas circunstancias. Te puedes preguntar si a los directivos que estaban en la formación qué les parecía…dime ilusa pero sujetar al bebé que no come durante un tiempo les hacía hacer cola para poderlo coger. Esto me da la pista que no les molestaba demasiado…;)

3. Donde no se llega, se paga: Durante este tiempo he tenido que tomar una decisión y es la de invertir en cercanía y en adaptabilidad a mis horarios. En vez de optar por una guardería, opté por contar con una chica que se ha convertido en mi sombra (primero Cristina y actualmente Mar. Gracias Cristina y gracias Mar…¡me habéis salvado la vida!). Ellas me han acompañado a mis distintos lugares de reunión, de formación, etc. Se quedaba paseando a los bebés mientras yo atendía mis obligaciones de forma que estuvieran cerca de mi cuando necesitaban comer.

4. Viajando a mi lado: No todos los proyectos son cercanos en el espacio con lo que en ocasiones tengo que viajar a Madrid, Barcelona, La Rioja, etc. pero, ¿sabes qué? Los medios de transporte y los hoteles, aceptan niños. No te voy a decir que no sea duro hacer maletas y vivir durante días fuera de casa, pero con 18 meses son unos aventureros viajeros. Su afición favorita es atravesar la puerta de casa con maletas.

5. Pocas horas de sueño: Puede que este sea uno de los máximos retos porque la falta de sueño me dificulta concentrarme pero voy intentando cada día que este sueño sea más reparador para conseguir dar el máximo en todos los niveles de mi vida.

6. Fines de semana: Hay días en que no puedes dar el máximo, lo sé, y no encuentras bastantes horas entre semana, pero…¡también existen los fines de semana! Mientras ellos duermen, aprovecho para recuperar esas horas que no he conseguido sacar entre semana.

7. Pasar tiempo con ellos: Las risas de todos los días son sagradas, los baños con agua repartida por todos lados, los juegos, los bailes, la música, dormirles en mis brazos, mirarles a los ojos o decirles mi secreto al oído (I love you, You are special, amazing, el amor de mi vida has sido tú…)… pase lo que pase, nadie nos quita esos instantes. Hay días de trabajo duro, días en los que tengo que dedicar mucho tiempo pero el tiempo para ellos es innegociable…

Como estos te podría poner muchos más ejemplos de cómo he ido compaginando mi vida profesional y personal, pero te puedo asegurar de que hasta este momento el mito cae día a día. 

Es verdad que igual me ves un día maquillándome en la cafetería de una escuela de negocios mientras tomo mi café antes de entrar en clase…

Es verdad que cuando no me ha dado tiempo para secarme el pelo, me puedes ver conducir con un par de rulos por la cabeza…

Es verdad que a los días que no he dormido bien tengo que preguntar dos veces a mis clientes para asegurarme de que he entendido bien qué es lo que necesitan…

Es verdad que algunos días intuirás en mi cara que mi noche ha sido demasiado marchosa entre dormir a uno y a otro…

Pero cualquiera que me conoce (mi equipo, mis proveedores, mis clientes, mis alumnos, mis amigos, mi familia) podrán asegurarte que mi nivel profesional no ha bajado lo más mínimo sino que  además he desarrollado habilidades (por necesidad) que antes no tenía.

Y sí, se puede ser madre doble y continuar desarrollando tu carrera profesional. Palabra de Scout.

RETO DE LA SEMANA:

Esta semana te propongo el reto de que analices cómo puedes compaginar tu vida profesional y tu vida personal de una forma equilibrada, dando lo máximo de ti mismo o de ti misma. ¡Continuamos rompiendo mitos!


Reme Egea
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto educativo "Con los pies en el aula", Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

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