El fin de la formación presencial

A la formación presencial le quedan los días contados. La formación presencial se ha quedado anticuada y va a ser sustituida por la formación online. Cambia de negocio, lo presencial después de la Covid-19 no tiene ningún sentido. La formación presencial está llena de desventajas respecto a la formación a distancia: necesitas más tiempo, más desplazamientos, más dinero, en fin, que no puede competir con la formación a distancia. Que sí, que sí, hazme caso que le quedan dos días de vida.

¿Y qué más? Este es el contexto en el que vivimos, un contexto en el que las cosas tienen que ser blancas o negras y que además se simplifican tantísimo que se apartan de la realidad. El problema se produce cuando no somos capaces de analizar con datos, con números, con resultados, con ROIs y simplemente nos creemos cualquier tipo de discurso. 

Claro que la Covid-19 ha producido cambios en nuestra cultura, en nuestra forma de relacionarnos, en nuestra forma de vida y también en nuestra forma de vivir la “formación” pero seamos considerados y no hablemos como si de opiniones generales se tratase. Este fin de semana, hablaba con un grupo de chavales entre 18 y 22 años y me decían: “me muero de ganas de volver a clase, de volver a tener cerca al profesor, a mis compañeros, de dejar que me calen todas sus experiencias. Este confinamiento nos ha servido para valorar esa cercanía que antes dábamos por supuesta”. Me parece espectacular escuchar esas opiniones reales de jóvenes a los que muchos han metido en el saco de estudiantes-que-solo-quieren-tablets-pantallas-y-móviles. 

Es cierto que hay formaciones que ganan calidad y eficacia cuando se realizan de forma online. Por ejemplo, muchas formaciones que precisan de programas informáticos en los que cada uno tiene su dispositivo delante, pueden verse agilizadas con explicaciones del profesor a distancia (aunque no todas), pero hay también formaciones en las que la cercanía y el compartir un espacio y un tiempo las enriquecen al máximo. Te pongo un ejemplo de nuestro día a día. En una gran cantidad de proyectos en los que participamos actualmente, se nos pide ayuda para solucionar conflictos (ocultos o no) de un equipo de trabajo. Es cierto que, si un tema así se tratara solo a base de transparencias, seguro que sería más efectivo desde la distancia, pero en una formación de las nuestras se producen intervenciones, acciones y cambios in situ que marcan la diferencia:

• Se crean experiencias y experimentos in situ donde ves cuáles son los problemas reales sin que los participantes se sientan investigados.
• Ves reacciones cada segundo como miradas, expresiones, silencios y actitudes que saltan a la vista. A veces miras con el rabillo del ojo para percibir todo esto que no es sustituible por una pantalla donde simplemente ves las 12 caras conectadas (o desconectadas).
• Aprovechas huecos para intervenir donde ellos han bajado la guardia como los minutos antes de empezar la clase, las pausas, el café, o incluso la pregunta que alguien te lanza en privado al acabar la clase.
• Observas interacciones entre ellos cuando están trabajando en equipo que nos dan una información única de los problemas reales que tienen y las herramientas que utilizan para resolverlos.
• Intervenimos con la voz, con las palabras que elegimos, con las acciones que lanzamos en clase de forma sutil sin que se sientan invadidos, atacados o confrontados. 

Todo esto provoca cambio, provoca resultados: hace que personas que no se hablaban durante años retomen el contacto, soluciona problemas entre departamentos, lima asperezas, aproxima posiciones…¡y esto no es magia, es estrategia, experiencia y mucho conocimiento de cómo funcionan las personas, los equipos, las empresas y las interacciones!

Esto no quiere decir que no nos adaptemos a nuevas opciones, claro que sí…¡los primeros! Tener acciones de tipo online, a distancia, blended, etc. nos permite acelerar tiempos, llegar a públicos lejanos, probar metodologías nuevas,… pero es un complemento no una sustitución. Y con ello te pongo un símil para acabar: puedes mostrarme un documental de National Geographic de cómo es viajar por Vietnam. Puedes además mostrármelo en una TV de última generación para que alucine con los colores, las imágenes. Puedes ponerme unas gafas 3D para que lo viva COMO SI estuviera allí…pero algunos como yo, no nos conformamos con el COMO SÍ. Yo he viajado por Vietnam, sola, a la aventura con un motero al que no conocía durante tres días. He sentido la selva en mis venas, en mi respiración, en el aire puro que podía respirar. Me he mojado bajo esa lluvia que tanto se agradece segundos antes de volver a brillar el sol. He pasado por poblados donde yo era lo más raro que habían visto durante meses o incluso años. He sentido la paz con la conectas al pasar por esos puentes, por esas curvas, al tomar un té (o lo que fuera) con indígenas que desbordaban amabilidad…con que yo no me conformo con un COMO SÍ

Pues eso, que para algunos llegó “el fin de la formación presencial” pero para clientes y colaboradores nuestros como EDEM, Ford Motor Company, Acciona, Global Omnium, Ilunion, Martinavarro, Grupo Segura, Creaciones Euromoda y muchos más, la formación presencial es una experiencia profesional de calidad, algo que enriquece, que nos aporta habilidades reales que se pueden medir y que mejora los resultados empresariales, algo que nos permite vivir más allá del  “COMO SÍ”.