Esta semana me gustaría compartir con vosotros otro de los hábitos que sin ninguna duda han cambiado mi vida. Se trata de un hábito que mucha gente me cuestiona. A veces alguien me pregunta por mis secretos para llegar a todo lo que llego y es curioso, porque cuando les hablo de este hábito, me miran con incredulidad los menos atrevidos y los más atrevidos directamente dicen que no me creen. En ese punto, yo ya he aprendido a sonreírles sin más, y a decirles con mi mirada…¡pues allá tú!
A este hábito del que hoy te voy a hablar, lo he llamado: “Total por 5 minutos”.
EL ORIGEN DE ESTE HÁBITO EXTRAORDINARIO
¿Y cómo surge este hábito en mi vida? Pues curiosamente como muchos otros de mis hábitos, este se remonta a mi infancia, exactamente a cuando tenía 8 o 9 años.
Te cuento como surge…en aquella época empecé a jugar al baloncesto de competición. Esto requería un tiempo considerable entre entrenamientos y partidos durante el fin de semana. Recuerdo que en aquella época, los entrenamientos en mi casa estaban vinculados a una toma de decisión relativamente sencilla:
– ¿Has hecho los deberes?
Opción 1: Sí = pues vas al entrenamiento. Opción 2: No= pues no vas al entrenamiento.
Yo tenía muy, muy claro cuál era la opción que quería por lo que antes de llegar a casa ya me había buscado la forma de hacer los deberes. Esto me llevó a aprender a ser más ágil en clase cuando daban tiempo para hacer trabajo individual y sobretodo a aprovechar minutos que para el resto eran nada. Yo corría para hacer la actividad, la acababa en la mitad de tiempo que otros y entonces sacaba mis deberes de otras asignaturas e iba avanzando. ¿Estrés? Lo siento para mí no, para mí era pura adrenalina, competición conmigo misma y la posibilidad de desarrollar un hábito potentísimo.
ERRORES DE BASE
Este hábito no es adquirido por muchas personas porque partimos de la idea equivocada de que “5 minutos” no sirven para nada. Y esta idea equivocada les lleva a no probar la técnica con lo que su propia idea se refuerza.
Te puedo asegurar por mi experiencia que no es necesario recuperar grandes franjas de tiempo para crear diferencias significativas en nuestra productividad. Si tan solo fuésemos capaces de aprovechar los minutos que vamos dejando perdidos a lo largo del día en distintos momentos, podríamos conseguir un banco de horas enorme a lo largo de un año.
Otro de los aspectos que refuerzan este error de base es que ese “total por 5 minutos” nunca llega a ser analizado de forma objetiva porque si lo hiciéramos nos sorprenderíamos de los resultados. Te pongo algunas situaciones reales con las que nos podemos encontrar:
“Imagina que estamos esperando que lleguen a una reunión parte de nuestros compañeros, o estamos esperando en el hall a que nuestro cliente nos reciba, o incluso estamos esperando en el aeropuerto a que abran nuestra puerta de embarque. En muchas de estas situaciones no se nos ocurre ponernos a hacer nada porque… ¿para qué voy a ponerme si empezamos en 5 minutos? Pero con una probabilidad del 99%, la espera que tu presuponías de 5 minutos, acaba ascendiendo a 10, 15 o 20 minutos (con mucha más probabilidad de la que me gustaría a mí). Y estos números empiezan a ser mucho más interesantes… No obstante, si no te pones en acción cada vez que pienses en activarte pensarás que igual solo quedan 5 minutos y así se esfuma el tiempo que separa a la gente productiva de la gente que no llega ni a la mitad de los objetivos que se propone.
Saquemos cuentas y vemos cuál podría ser el ROI de aplicar esta simple pauta:
Tirando muy por lo bajo, cualquier persona podemos encontrar tres momentos al día en que esto se produce, es decir, momentos vacíos en los que estás esperando a algo o alguien. Imagina que un par de momentos son de 5 minutos y el otro se convierte en 10 minutos…¡vamos a sacar cuentas!
20 minutos al día x 365 días al año: 7400 minutos. Lo que equivale a…
¡¡¡¡121 HORAS AL AÑO!!!!
IDEAS PARA ESE “TOTAL POR 5 MINUTOS”
¿Tú sabes todo lo que podrías conseguir con 121 horas al año? No te lo puedes ni imaginar…Vamos a ver unas cuantas ideas para que puedas aprovechar esas pequeñas franjas de tiempo con las que te encuentras a lo largo del día:
– Realizar una llamada que tienes pendientes. Mejor si es una de esas llamadas incómodas que vas atrasando de un día para otro.
– Contestar a un par de correos que tienes en tu bandeja de entrada y que necesita de una respuesta o acción por tu parte.
– Planificar en tu agenda las 4 acciones TOP de cada día de la semana .
– Si estás en una empresa, esperando a que tu cliente acabe con una reunión en la que está inmerso, puedes aprovechar y hacer otra visita que tenías pendiente dentro de la misma empresa.
– Sacar tu portátil improvisando un espacio de trabajo desde el que puedas adelantar la revisión de un documento, un informe, una propuesta, etc.
– Llevar descargado algún Podcast en tu móvil que quieras escuchar y aprovechar este tiempo para aprender de cualquier temática que te resulte de interés.
– Ver un vídeo que tienes pendiente sobre algún tema en el que estés trabajando.
– Llevar alguno de esos libros que llevas tiempo queriendo leer.
– Papel y lápiz: algo tan sencillo y tan poco tecnológico puede ser tu salvación en esos momentos. El “papel en blanco” es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos muchos líderes a la hora de crear, innovar, trazar nuevas ideas para nuestro negocio, etc. por lo que unos minutos de espera pueden ser el caldo de cultivo perfecto para crear una genial idea.
¿Te animas a poner en práctica el “Total por 5 minutos” ?
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