Cuando las personas se plantean hacer un cambio potente en su salud física, pueden buscar un entrenador personal que les lleve de la mano, les estimule y motive para que se mantengan en su objetivo. Cuando quieres hacer unas buenas inversiones, puedes buscar a un profesional que te asesore de forma individual. Pero, ¿qué hacemos cuando queremos mejorar y potenciar nuestras habilidades como profesionales? Pues para ello tenemos una metodología realmente potente, una metodología con la que se consiguen resultados totalmente medibles: el Shadowing by Gemba.
¿QUÉ ES ESTO DEL SHADOWING?
Hace unos cuantos años, nuestro equipo desarrollo un modelo muy específico para llevar a cabo procesos de Shadowing muy potentes. El término “Shadowing” viene del inglés y significa literalmente, ‘hacer de sombra de alguien’. Concretamente, el Shadowing consiste en que un experto externo a la empresa, acompaña y observa a un profesional durante una jornada laboral.
Durante esta observación ‘in situ’ el experto observa cómo la persona desempeña sus funciones y responsabilidades profesionales. Como expertos en Factor Humano, nuestros principales focos de atención son, sobre todo, las interacciones sociales de la persona observada con su entorno socio-laboral.
En este proceso lo que hacemos es identificar tanto las fortalezas como los puntos a mejorar de la persona acompañada y se comparten con ella al final de la jornada en una entrevista de feedback. En dicha entrevista, el observador y el observado pueden contrastar sus percepciones y se concretan conductas y actitudes más eficaces.
En cualquier caso, el propósito último del Shadowing es ayudar a la persona a mejorar su desempeño, sus relaciones socio-laborales y su satisfacción en el trabajo.
¿QUÉ TEMÁTICAS SE TRABAJAN?
En una sesión de Shadowing se detectan todas y cada una de las interacciones que el profesional realiza a lo largo de una jornada laboral ya sean cara a cara, telefónica o virtualmente. Por poner algún ejemplo de conductas observables podríamos enumerar las siguientes:
• Gestión del Equipo y eficacia de su propio liderazgo.
• Habilidades comunicativas: capacidad de explicarse, dar instrucciones, escucha activa, hacer presentaciones ante un determinado auditorio, etc.
• Gestión de situaciones críticas y potenciales conflictos.
• Estrategias de motivación que utiliza tanto para automotivarse como para crear las situaciones óptimas y que otros se automotiven.
• Gestión del tiempo, eficacia y productividad personal.
• Toma de decisiones: capacidad de análisis, de negociación, etc.
• Autocontrol emocional en situaciones de estrés.
• Gestión de reuniones
• Y un largo etcétera de situaciones sobre las que podemos aportar herramientas que le hagan mejorar como profesional.
CASO DE ÉXITO- NG
A lo largo de estos últimos años, hemos llevado muchos proyectos de Shadowing que con solo una jornada han dado resultados extraordinarios. Os pongo un ejemplo del ROI tipo que se puede obtener de estos procesos.
Hace unos cuántos años tuve que realizar un Shadowing a un ingeniero de procesos (al que llamaremos Carlos para ocultar su identidad real). A Carlos se le había encomendado resolver un problema que tenían con un cableado en uno de los productos tipo que produce esta empresa. El problema se arrastraba desde hacía 3 meses y esto estaba produciendo costes de varios miles de euros al día ya que implicaba sacar el producto de una línea de producción, repararlo y volverlo a introducirlo en línea. Además, se habían producido problemas de calidad por parte del cliente que podían afectar incluso a la reputación de esta empresa.
Aquella mañana el ingeniero estaba investigando el tema y nos acercamos al punto de la línea donde se detectaba habitualmente el problema del cableado. Llegamos y el ingeniero se dirigió a un operario mientras trabajaba:
– ¿El cable que estás poniendo siempre se fija de esa manera?
– Sí.
– ¿Podría ser que el cable viniera en condiciones no okey por parte del proveedor?
– No– le contestó secamente el operario.
– ¿Pero podría ser que al introducirlo se doble demasiados grados y se dañe el material que lo recubre? – volvió a preguntar el ingeniero.
– No.
Ante la incapacidad de conseguir más información salimos de esta zona y el ingeniero me dijo en tono enfadado: “menos mal que vienes hoy conmigo porque así le podrás contar a mi jefe lo poco que colabora la gente. Este tío está de vuelta de todo, es mayor y seguro que está pensando en jubilarse y cuando eso pasa, aquí nadie te ayuda. ¿Cómo voy a hacer bien mi trabajo?”.
Yo como buena sombra tan solo contesto “pues sí”, sonrío y pienso: “ahora cuando llegué el feedback te diré cuatro cosas…¡jajaja!”.
EL ROI DE UNA SOLA SESIÓN DE SHADOWING
Y llegó el momento del feedback. Nos sentamos y empezó una de las conversaciones más productivas que he tenido con un profesional:
– Bueno, vamos a analizar la situación que hemos vivido con el operario que no quería colaborar.
– Exacto, allí estabas tú y lo has visto todo. ¡Menos mal!- me contestó.
– Sí, sí , allí estaba yo. Bueno, ¿cuándo hemos llegado has dicho “buenos días”?
– Supongo que sí, lo digo siempre.
– Pues hoy va a ser que no- le dije.
– ¿Le has dicho soy fulanito de tal ingeniero de procesos de esta área?
– No.
– ¿Le has dicho que yo soy Reme Egea y que te estoy haciendo hoy shadowing? – volví a preguntar.
– No.
– ¿Le has dicho el por qué estabas intentando solucionar la problemática del cableado?
– No.
– ¿Le has llamado al menos por su nombre?
– Ya, ya, ya. Reme, creo que no necesito más información – me contestó con cierta sequedad.
La historia podría haber quedado aquí y no tener ningún tipo de ROI pero pasó a la acción y una semana más tarde al cruzarnos por planta me dijo:
– Reme, ¿sabes que el problema del cableado está solucionado después de 3 meses?
– ¿Ah, sí?- dije sorprendida.
– Sí, me lo ha solucionado Pepe Martínez, el operario que no quería colaborar.
Al día siguiente el ingeniero volvió a línea. Le pidió disculpas al operario por su actuación, le explicó quién era y por qué le hacía todas estas preguntas y el problema con el que se estaban encontrando. Y el operario le contestó:
– “Mira, hace unos 10 años hubo un problema similar y vimos que se dañaba el cableado por este motivo…”
Y a partir de la línea de investigación que el operario le había dado, se solucionó el problema.
Esta problemática producía al día más de 1800 euros de costes entre materiales, reparaciones y mano de obra con todas las piezas que salían dañadas y la llevaban arrastrando durante 3 meses. ¿Sacamos cálculos?
66 días laborales x 1800 euros= Total 118.800 euros.
¿Crees que les salió rentable este proceso?
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