¿Y si fueras un poco más luchador?

Hace unos meses tuve la suerte de colaborar con la Cámara de Comercio en uno de sus foros de empleo. Es apasionante poder aportar alguna idea que ayude a los asistentes a mejorar su búsqueda de empleo, a mejorar el que ya tienen o incluso a atreverse a emprender.

Pero no voy a contarte en este punto el detalle de mi ponencia sino una de las situaciones por las que a veces llegamos a estar en situaciones complicadas a la hora de buscar un empleo.

Al finalizar mi ponencia un chaval se acercó a mí para decirme que le había parecido muy interesante. Me narró su historia y me dijo que había estudiado arquitectura técnica pero que era muy difícil encontrar un trabajo de lo suyo y que tenía que adaptarse a trabajar en otro tipo de empleos. Y a partir de ahí se despierta esa pasión mía de buscar y buscar opciones:

– ¿Te has planteado en algún momento irte a otros países donde la construcción es más emergente?

– Sí claro, pero es que es muy difícil. Tengo amigos que han ido fuera y se han vuelto sin trabajo, no han encontrado nada.

– ¿Te has planteado hablar con tus profesores de Universidad por si les surge algo?

– Sí claro, pero es que ellos dicen que no tienen casi ni trabajo para sí mismos.

– ¿Te has planteado asociarte a distintas entidades que hay para arquitectos técnicos y que te puedan informar de nuevas opciones?

– Sí claro, pero es que lo más seguro es que no te informan casi nunca.

– ¿Te has planteado mantener el contacto o retomar contacto con los compañeros de la carrera por si tienen opciones que te puedan resultar útiles?

– Sí claro, pero es que solo nos vemos una vez al año, es que es difícil.

– ¿Te has planteado hacer un curso de peritajes para entrar en la bolsa del colegio oficial y tener algo de trabajo?

– Sí claro, pero es que el curso vale dinero.

Y en ese punto, la “señorita te propongo alternativas”, se despide diciendo: Claro, es que todo está muy difícil.

Lo siento mucho de verdad, pero no creo en este tipo de argumentos porque son aquellos que nos llevan a la situación que no nos gusta, a la situación de la que después nos quejamos. Me encantaría decir: es cierto, pobrecito, tienes razón, la vida es muy injusta y la sociedad y la cultura y la crisis, pero no, me niego, esa parte luchadora y apasionada me impide quedarme con los brazos cruzados a ver qué pasa…

No, mi mente luchadora va más allá:

– Pues perfecto, si tus amigos han vuelto de otro país porque no les ha ido bien pregúntales dónde fueron y qué hicieron y entonces vete a un lugar distinto, haz algo distinto. O busca a alguien a través de las redes que se haya ido y le estén funcionando bien las cosas.

– El profesor no te puede dar nada, pues ofrécele tú, dile que estarás a su lado para aprender, que participarás en un proyecto sin pedir nada a cambio hasta que vea todo tu potencial. O busca a otro profesor e intenta lo mismo, y a otro, y otro hasta que no queden profesores en tu universidad y tengas que perseguir a los profesores de otra Universidad y si se te acaban las de España, prueba con profesores extranjeros.

– Y si esa asociación no te informa, pues llama tú, escríbeles, pregúntales hasta que piensen que eres el más pesado del mundo. Y si así no funciona, busca otra asociación.

– Y si solo te ves una vez al año con tus compañeros, ve tú, acércate a su población, tómate un café, o escríbele un wasap más a menudo para no perder el contacto.

– Y si el curso vale dinero… Claro que sí, la formación vale dinero pero ahórralo, trabaja de camarero o en el campo, o pinta la casa de tus vecinos o corta el césped de su casa, ahorra porque por difícil que sea, seguro que un euro puedes quitarte al día y al cabo de 4 meses tendrías lo suficiente como para pagar el curso.

Lo siento de verdad, esa es mi mente luchadora, la que no es capaz de abandonar porque todo se ponga muy, muy, muy difícil. Y tú, ¿qué vas a hacer?

RETO DE LA SEMANA:

El reto de la semana va a consistir en que pienses en una situación que generalmente valoras como muy difícil y vas a permitir que tu mente luchadora busque ideas, argumentos, alternativas, formas de cambiar la situación. Deja, aunque sea por un solo día, que esa mente luchadora tenga un poquito de vida.

¡Nos vemos la próxima semana!