Mi jefe debería saberlo todo

A ver, si es mi jefe, debería saberlo todo, saber mucho más que yo sobre el trabajo que hacemos, saber gestionar, saber organizar, sabernos liderar, motivar, saberse comunicar correctamente con cada uno de nosotros, saber qué es lo que esperamos de este trabajo, saber los detalles del trabajo, del sector en el que nos movemos, de los procesos, de las herramientas que utilizamos…¡para algo es el jefe!

JEFES SABELOTODO

¿Estás seguro que es esto lo que esperarás de aquel hombre o aquella mujer a la que llamas jefe o jefa? ¿Seguro que es lo más importante que lo sepa “todo”? ¿Todo de todo? A veces, partimos de esa fantástica idea de cómo debería ser el mundo hasta que nos damos cuenta de que la realidad podría ser algo distinto. Cuando somos pequeños creemos que nuestros padres deberían saberlo todo, después cuando crecemos, pensamos que son nuestros maestros quienes deberían saberlo todo y cuando ya entramos en el mundo de los adultos, entonces decimos que es nuestro jefe o jefa quien debería ser capaz de saber “todo” lo referente al trabajo, pero…¿puede ser que estemos sobrevalorando el “saber”?

UN JEFE SABELONADA

Yo he conocido a un jefe “Sabelonada”. Se llama Antonio (no es su nombre real, pero así mantenemos su anonimato). Durante años ha dirigido con una maestría y un liderazgo sin igual una delegación de una gran multinacional dedicada a los servicios. Antonio lideraba cada día a un equipo de más de 1000 personas. Le conocí hace unos cuantos años, cuando ya había pasado los 60. Era curioso, un apuesto señor sin estudios pero con clase, con planta, con fuerza y con una pasión difícil de igualar.

No necesité demasiados días para observarle de cerca y descubrir que era un Sabelonada, alguien que no había ido a la Universidad, alguien que no controlaba más que su propio idioma, alguien sin masters varios ni mucho menos con un MBA, alguien a quien solo la vida y la experiencia habían entrenado.

Pero lo más apasionante no era el ser un “Sabelonada”, lo más impresionante era que justamente no necesitaba saber demasiado en detalle de su trabajo.

CÓMO SER UN SABELONADA EXITOSO

Al fin y al cabo es un tanto simplista decir que Antonio era un “Sabelonada” porque en realidad sí que había tenido la inteligencia y los conocimientos suficientes para ser uno de los mejores líderes que he conocido a lo largo de mi vida profesional.

Antonio sabía que tenía que rodearse de los mejores:

…Si no sabía idiomas, contrataba a gente bilingüe en inglés porque le traducirían si lo necesitaba en una reunión…

…Si no sabía de contabilidad, contrataba a los mejores contables que detectarían el más mínimo error en sus cuentas…

…Si no sabía de logística, contrataba a los mejores profesionales en su equipo que le organizarían hasta el más mínimo detalle de sus planings, de sus lanzamientos, de su agenda…

…Si no sabía de formación, contrataba a los mejores para que activasen, impactasen y moviesen a todo su equipo…

Y sí que sabía de tener contento a su equipo, de ir siempre por delante dando ejemplo, luchando por conseguir todos y cada uno de los recursos que necesitaban. Y sabía de hacerles sentir, de construir las bases para que cada uno se motivase. Y sabía de persuasión pero sobretodo sabía de humanidad, de pasión contagiosa y de valoración de cada ser humano que se cruzaba por su camino. En definitiva, un sabelonada que sabía todo lo necesario para hacer triunfar un equipo…

RETO DE LA SEMANA:

Esta semana vas a dedicar 10 minutos a pensar en qué eres un sabelotodo y en qué eres un sabelonada. Anota esas 5 cosas en las que te consideras de camino a ser un sabelocasitodo y esas 5 cosas de las que no sabes prácticamente nada. Y a partir de ahí, intenta descubrir quién a tu alrededor podría aportarte algo en esos saberes que todavía no has desarrollado.

¡Nos vemos la próxima semana!