Líderes felices: Hábito 8

Líderes felices: Hábito 8

En este post continuamos profundizando en lo que serían los hábitos que vemos en líderes que destacan entre sus compañeros por la felicidad que contagian, por la sensación de estar a gusto haciendo lo que hacen y por la capacidad de mantener esa sensación a través del tiempo.

En concreto hoy nos adentramos en el hábito 8 que te recuerdo a continuación….

HÁBITO 8. “Saben adaptarse a la individualidad: un líder feliz es capaz de notar las diferencias existentes entre distintos colaboradores, entre distintos compañeros o distintos jefes y es capaz de adaptarse a todos ellos para desarrollarles al máximo. Este tipo de líder no intenta imponer sus formas sino que investiga con mucho detalle a cada persona que se cruza con él o ella y a partir de ahí traza las mejores prácticas para interactuar con ellos”.

Como líderes, y a veces de forma inconsciente pretendemos que todos nuestros colaboradores se adapten a nuestra forma de comunicarnos, a nuestra forma de hacer, de pensar o de interpretar la realidad pero esto nos aleja en muchas situaciones de lo que tenemos delante. Un líder que disfruta sacando lo mejor de su gente, suele ser un líder capaz de analizar con detalle muchos aspectos de la vida de ese colaborador que de un modo u otro pueden potenciar la adaptación a cada uno de ellos.

¿Y qué detalles puedes investigar para poderte adaptar después a ellos?

1. Conocer parte de su historia personal a nivel familiar: ¿tiene pareja?, ¿tiene hijos?, ¿tiene un buen apoyo familiar para situaciones complicadas? ¿Tiene mucho contacto con su familia?: esta información te permite saber algunas de las problemáticas por las que puede estar pasando y que le podrían afectar a la atención en su trabajo o al rendimiento. Por ejemplo, si tiene hijos pequeños, podemos entender que después de una mala noche no pueda con su alma para ponerse a trabajar.
2. Conocer su historia personal a nivel de amistades: ¿tiene amigos? ¿Cree en la amistad o es de los que piensa que no existe? ¿Valora los encuentros semanales con los mismos? Esto te da información sobre el apoyo social que pueden tener o te puede hacer previsiones de cómo puede ayudar en la potenciación de equipos de trabajo cuando haya que realizar tareas conjuntamente.
3. Observar qué hace en las pausas del trabajo: ¿Con quién comparte la pausa? ¿Se queda en su espacio de trabajo o prefiere socializar? ¿Cómo desconecta del trabajo durante este tiempo? Observar el simple hecho de cómo y con quién comparte las pausas laborales (café, comida, etc.) te da información de su capacidad para relacionarse con otros, el lugar que ocupa en el grupo o incluso ciertas problemáticas de discriminación que podrían existir.
4. Conocer sus aficiones: ¿Tiene aficiones? ¿Muchas o pocas? ¿Cuáles son? ¿Qué características tienen? Conocer sus aficiones es una de las mejores formas de adaptarte a él o ella ya que te puede dar una información muy útil a la hora de poner ejemplos, de utilizar metáforas o incluso de conocer ciertas habilidades que puedes aprovechar en el contexto laboral.
5. Conocer sus gustos musicales: ¿Le gusta la música? ¿Qué tipo de música? ¿Cuál es su cantante o grupo favorito de música? ¿Le gusta escuchar música mientras trabaja o más bien le despista? Esta información te da la oportunidad de crear un repertorio de música para ambientar el espacio de trabajo (siempre y cuando sea viable) de forma que pueda conectar más creativamente con la tarea que esté haciendo.
6. Conocer sus gustos por el cine: ¿Cuál es su película favorita? ¿O tiene varias? ¿Y su escena favorita? ¿Cuáles son sus actores o actrices favoritas? Si conoces sus películas favoritas siempre podrás utilizar alguna frase de la misma, alguna escena o cualquier aspecto que te permita transmitirle alguna información a nivel profesional.
7. Conocer sus propias etiquetas: ¿Cómo se define a sí mismo? ¿Cómo se etiqueta? ¿Se ha puesto él o ella mismo las etiquetas o se las pusieron otros? El hecho de saber cómo se define y etiqueta a sí mismo te da información de su propia autoestima. Además de ello, esto te permite saber sus fortalezas y sus áreas de mejora y ayudarle a superar esas etiquetas que en muchas ocasiones han sido «colgadas» por otros.
8. Conocer sus miedos: ¿Tiene algún miedo muy declarado? ¿Intuyes que tiene algún miedo un tanto oculto? ¿Qué es lo que más le preocupa en la vida? Esta información te da la oportunidad de saber qué puedes exigirle, a qué ritmo puedes hacerlo, cómo puedes ayudarle a salir poco a poco de su zona de confort o incluso cómo ayudarle a superar algunos de esos miedos que le afecten incluso a nivel profesional.
9. Conocer sus sueños: ¿Tiene sueños? ¿Ilusiones? ¿Proyectos por llevar a cabo? ¿Lugares que le gustaría visitar? El hecho de conocer los sueños, los objetivos, aquello que le apasiona te permitirá elegir temas de conversación en los que podáis encontrar cierta sintonía y cercanía a nivel personal. Como consecuencia de estos acercamientos personales, después las personas colaboramos más a gusto a nivel profesional.
10. Saber qué quieren ser de mayores: ¿Dónde le gustaría llegar en la vida? ¿Y en la empresa? ¿Hay algún puesto que le gustaría alcanzar? El hecho de conocer al detalle sus expectativas te permite entender por qué en algún momento puede estar más o menos motivado, la posibilidad de que deje el puesto de trabajo o te permite también saber qué conocimientos, habilidades y actitudes le puede ayudar a desarrollar para que alcance sus metas.

RETO DE LA SEMANA:

Esta semana te invito a que elijas a una persona de tu equipo y dediques un tiempo a recoger de forma sutil toda esta información sobre ella. Evidentemente no te pido que lo hagas en una sola semana sino que durante esta semana pongas la máxima atención en las conversaciones que mantengáis, en las reuniones o encuentros para recoger toda aquella información que te podría resultar útil a la hora de adaptarte a ella.

¡Nos vemos la próxima semana!