Pautas para pasar de ser jefe a ser líder
¿Eres jefe? ¿Eres líder? ¿Eres ambas cosas? ¿O no eres ná de ná? No sé cuál es tu posición en este momento pero seguro que en algún momento de tu vida profesional te puedes encontrar con cualquier de estas 4 situaciones por lo que te será útil estar preparado y sacar lo máximo de estas posibles opciones.
Es muy probable que seas “jefe”, es decir, que alguien en tu organización te haya “concedido” el poder para mandar sobre otras personas, tomar decisiones, dirigirles o pedirles directamente qué es lo que tienen que hacer en su puesto de trabajo. Pero todo esto no te hace líder. El liderazgo no es algo impuesto sino que es un efecto que se produce de manera natural y voluntaria entre aquellos colaboradores que deciden seguirte. Como te decía, el poder como jefe te viene dado pero el liderazgo se gana o se pierde con cualquiera de las acciones que lleves a cabo con tus colaboradores.
Lo ideal es que tengas poder y a su vez seas líder. Pero, ¿cómo pasar de jefe a líder? A continuación te damos 10 pautas que te pueden resultar muy útiles para ir desarrollando tu liderazgo:
-
- Toma decisiones en situaciones complicadas: un líder no huye ni se esconde en los momentos que hay que tomar decisiones difíciles. En esos momentos, el líder recoge toda la información posible, pide opiniones a sus colaboradores, baraja distintos escenarios y finalmente se atreve a elegir aunque sabe que puede equivocarse.
- Uso adecuado del poder: No utilizar el poder como beneficio personal o para beneficiar a otros afines a sí mismo, sino que lo utiliza en el momento correcto, con las personas correctas y con la justificación correcta.
- Reconoce el trabajo bien hecho: un líder es capaz de reconocer cada trabajo que destaca por parte de sus colaboradores. Es sensible para darse cuenta de los esfuerzos que hace su equipo y les agradece consecuentemente sus acciones.
- Da feedback constructivo y de forma continua del trabajo: cuando ve acciones que necesitan ser mejoradas, no tiene miedo de ponerse delante de su colaborador y explicarle todos y cada uno de los puntos de mejora para que perfeccione su desempeño.
- Es ejemplo de lo que pide: Sabe que la mejor forma de poder exigir al resto de personas, es con su propio ejemplo. Sus acciones llegan a ser mucho más potentes que las palabras por lo que está atento a dar ejemplo en todos y cada uno de los puntos importantes de su trabajo.
- Individualiza el trato lo máximo posible: ya sea con sus propios jefes, con sus compañeros del mismo nivel, con sus colaboradores, proveedores o clientes. Sabe que cada persona es distinta a otra por lo que se adapta a los demás en vez de pedir que se adapten a él.
- Explica los por qués: Cada vez que pide algo a su gente intenta explicar los por qués. Sabe que no siempre el equipo compartirá sus por qués pero el hecho de que los conozcan hace que aumenten su implicación.
- Se atreve a despedir: Una de las formas en las que un jefe se convierte en líder es a través de la valentía de llevar un despido adelante. Habitualmente este tipo de acciones nos dan miedo porque no son favorables respecto a una persona pero muchas veces el equipo aplaude estas decisiones porque posiblemente eran necesarias.
- Es uno más cuando toca serlo: En algunos casos se convierte en uno más del equipo ya sea para remar en momentos difíciles, para engrasarse las manos o incluso para compartir una comida o una formación con su equipo.
- Auto-todo: Para convertirse en líder un jefe necesita desarrollar capacidades para automotivarse, autogestionarse, autoliderarse,… sin exigir ni necesitar que lo haga el resto por él o por ella misma.
-
RETO DE LA SEMANA:
El reto de esta semana consiste en trabajar una de estas pautas, seas jefe o no seas jefe, el simple hecho de ponerte en acción en alguna de ellas, te permite acercarte paso a paso a lo que sería un liderazgo eficaz.
¡Nos vemos la próxima semana!