¿Cómo podemos reaccionar ante las críticas?
Como te comentaba hace unas semanas, si te lanzo esta pregunta: “¿Te gusta recibir críticas?”, lo más probable es que contestarías que claro que sí, que te gusta que te hagan críticas porque eso es justamente lo que te permite mejorar. Y sí, parece que lo tenemos claro y nos encanta recibirlas hasta…¡pero no siempre de hecho!
Es curioso lo poco que nos conocemos a nosotros mismos porque muchas veces entramos en paradojas sin darnos cuenta. El problema es que nosotros no apreciamos esa paradoja pero desde fuera, quien no está contaminado por nuestra forma de interpretar y sentir las cosas, se da cuenta de la diferencia entre lo que decimos y nuestra reacción.
TENGO MUCHO QUE MEJORAR
Yo soy de esas personas a las que hacen críticas habitualmente (será porque me equivoco muchísimo…). Soy de esas personas que dicen esa frase de que “cada crítica es una oportunidad de mejora” pero cuando estoy ante ellas, siento que duelen, que no siempre sé cómo encajarlas y aprovecharlas al máximo.
Hace unos días, una compañera que lleva en el equipo poco tiempo comparado con el resto mostró toda esa valentía que hace falta para decirle a tu compañera lo que piensas y me planteó ciertos puntos de crítica respecto a cómo estábamos desarrollando un proyecto. Fue directa, con una capacidad increíble de transmitir punto a punto todo aquello que veía para mejorar y solo puedo decir que tenía razón, en TODO, en todos y cada uno de los puntos que me fue señalando. Me habría encantado que estuviera equivocada, pero no, en cada aspecto que tocaba solo podía bajar la cabeza y decir “tienes razón”. Aunque esa no es la primera reacción que muchas veces mostramos.
¿QUÉ HACEMOS ANTE LAS CRÍTICAS?
Ante las críticas tendemos tendencia a hacer varias cosas:
– Dar explicaciones porque pensamos que le falta información de la situación concreta a la persona que nos hace la crítica.
– Justificamos de una u otra manera que nuestra reacción, nuestra conducta o sea lo que sea lo que haya ocurrido tiene una justificación.
– Nos defendemos y de forma muy sutil acabamos diciéndole a la persona “y tú más”, es decir, buscamos alguna manera de decirle a nuestro interlocutor que él o ella no es perfecto y que también se ha equivocado en otras ocasiones.
– Nos quedamos en silencio intentando encajar y entender aquello que nos están diciendo.
– En algunas ocasiones llegamos incluso a sentirnos dolidos, nos brillan los ojos e intentamos controlar no ponernos a llorar como un niño pequeño. Son ocasiones en las que la crítica toca parte de tu identidad, aspectos que te duelen o que hasta el momento no has conseguido mejorar.
Como ves tenemos reacciones muy variopintas pero muchas de ellas nos paralizan o simplemente nos dejan en el mismo punto del que hemos partido. Desde mi punto de vista tenemos gran parte de estas reacciones porque la balanza de nuestra vida no está equilibrada en críticas y reconocimientos, es decir, cuando sacamos cuentas nos encontramos con muchos más nos, puros y críticas que con reconocimientos. No sé tú, pero yo viví en esas épocas en las que si mi maestra me pegaba “un puro”, sin dudarlo venía después otro de mi madre. Cuando llegaba mi padre a casa, volvía a pegártelo y si entre medias, la vecina del tercero subía por la escalera y escuchaba a mi madre, se unía a ella para rematar la “jugada”.
Esto hace que muchos de nosotros nos hayamos sentido tan vulnerables en esas situaciones que nuestras reacciones a las críticas son infantiles, como si de algún modo intentáramos proteger a aquel niño pequeño que fuimos en su momento.
Pero hay opciones más adultas…
VENTAJAS DE ESCUCHAR Y ACEPTAR LA CRÍTICA
En el ejemplo que os comentaba, no puedo negar que me doliese la crítica de mi compañera. No puedo negar que le di alguna justificación, no puedo negar que en ese momento me quede sin demasiado qué decir e incluso que eso me emociona porque me “toca” la autoestima profesional, pero después de esto he aprendido “adultamente” a hacer otro tipo de cosas:
– Decirle a mi compañera “aunque me duela la crítica, agradezco tu valentía a la hora de decírmelo tan directamente porque si no es así, es difícil que mejoremos”.
– Mostrarle a mi compañera que estoy tan comprometida en mejorar lo que me ha planteado que voy a ponerme en acción.
– Pero sobretodo: PONERME EN ACCIÓN, para mejorar todos y cada uno de esos puntos.
La parte más interesante, es que después de escuchar, aceptar la crítica y ponerme en acción tengo la sensación de que puede ser el inicio de cambios realmente interesantes en nuestra forma de hacer como empresa, en nuestra forma de reinventarnos, e incluso en nuestras capacidades de continuar destacando y liderando en nuestro sector: la formación y los RRHH.
RETO DE LA SEMANA:
Busca a alguien valiente en tu vida o que al menos te conozca muchísimo y pídele que durante un par de minutos te haga críticas respecto a cualquier cosa que crea que puedes mejorar. Durante ese tiempo (pon el cronómetro) escucha sin contestar, tan solo respirando profundamente y sintiendo cómo encajar aquello que te dice. Y cuando acabe, termina con un simple “muchas gracias”.
¡Nos vemos la próxima semana!
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