Todos los profesionales somos de carne y hueso, de piel que lo recubre todo, de emociones, de días buenos y no tan buenos, de momentos fáciles y difíciles, de retos superados y de retos que se resisten con toda su fuerza.
Y hoy posiblemente es uno de esos días de los complicados. ¿Y qué es para ti un día complicado? Para mí un día como hoy se vuelve tremendamente complicado. Es el tercer día consecutivo que estoy trabajando desde casa, proyectando, planificando, lanzando nuevos propuestas a clientes, creando nuevas opciones, haciendo que “algo distinto” suceda. Y estos días son complicados para mí porque la lucha con tu propia mente es muy desafiante, aparecen tus miedos, tus grandes preguntas existenciales, tus malestares…todo junto, y empiezas a dudar incluso de ti mismo como persona y como profesional.
Te encuentras en ese momento en el que no quieres llamar a nadie porque no sabrías prácticamente ni decirle qué es lo que te hace sentir ese malestar, esas dudas. Llamarías a alguien pero te autoconvences de que el que más y el que menos está en medio de su trabajo, o de sus clases o de cualquiera de sus historias. Llamarías a alguien pero te asusta incluso hacerlo porque te da miedo de que cambien la imagen que tienen de ti como persona fuerte, luchadora, que puede con todo aquello que se propone.
Y mientras llamarías a alguien pero no llamas, en segundos, sin darte cuenta, van paseando por tu mente como si de una película se tratara todos aquellos momentos en que has dudado de ti mismo, en que algo en la vida se hizo cuesta arriba, aparecen todas aquellas frases en las que alguien te mostró que no confiaba en ti, aparecen todos esos momentos en que sufriste sintiéndote solo, muy solo, a veces rodeado de personas pero sintiendo toda la soledad del mundo, momentos en los que tus miedos te ganaban la batalla.
Curiosamente todos aquellos que te rodean no suelen colgar este tipo de días en Facebook, ni editan en youtube un vídeo expresando lo jodido que llega a vivirse un día de estos, ni publican en twitter una foto de estos momentos.
Evidentemente está bien que nos guardemos esos pequeños secretos para nosotros, no es necesario compartirlo todo. Pero el problema radica en que si cuando nos sentimos en medio de uno de estos días, viésemos que es algo normal, que somos seres humanos y como tal sufrimos a veces sin saber cómo evitarlo, si estos malestares también fuesen compartidos nos daríamos cuenta de que no somos tan débiles, sino que simplemente somos humanos, personas de carne y hueso.
Posiblemente si esas historias se compartiesen y viésemos que después salimos de ellas con más recursos, más habilidades, con el apoyo de la gente a la que queremos, con grandes aprendizajes y más fuertes de lo que entramos, seguro que se nos haría más leve pasar por este tipo de momentos.
Y sí, te puedo asegurar que yo tengo parte de estos momentos, sobretodo cuando estoy alejada de esas cosas que tanto me enamoran: las clases, las personas, la aventura, el aprender, la acción… Cuando estoy apartada durante días de ello, surgen los “malos momentos” y con ellos las mil y una estrategias para salir de ellos aprendiendo, siempre más fuerte de lo que entré. ¿Cuáles son algunas de estas estrategias?
– Escribir: trasladar a un pedazo de papel aquello que pasa por nuestra mente, desorganizado o no, pero esas ideas que paseaban tranquilamente por allí hoy se han convertido en un humilde post.
– Comodín del whats app: Enviar algún whatsapp a alguien que nos quiera tanto que digamos lo que digamos va a estar ahí. A alguien que no nos juzgue simplemente por el hecho de ser “humanos”.
– Aire puro: Dar una vuelta aunque sea por tu barrio, a la manzana en la que vives. Volver a conectar con el mundo real que te envuelve.
– Deporte: Una bici estática puede ser una pequeña aliada. Después de pedalear una hora, tu cansancio le dificulta a tu mente darle más y más y más vueltas a todas esas tontas ideas que van pasando por tu cabeza.
– Poner orden a la casa: El simple movimiento te va activando y si además tu espacio está más limpio y más ordenado parece que con ello también empiezan a ordenarse las ideas en tu cabeza.
Hoy te reto a una de las cosas más complicadas que hayas podido hacer. Si eres uno de esos humanos de mi “club” que a veces sufren cuando un día se encuentran ante sus dudas, ante sus miedos, ante algo que no saben cómo superar, si eres uno de ellos, te reto a que nos cuentes en los comentarios uno de esos días. No necesitas entrar en detalle, tan solo dejar ver que tú también has pasado días malos, días que no colgarías en Facebook, días en los que no sabes incluso con quién compartirlos. Y lo más importante…¿cómo sales de ahí?
Nos vemos la próxima semana.
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