¡Qué bonito es el principio!
Depende de qué principio, y de dónde, y cuándo, y con quién, y para qué y por qué. Depende de muchos factores incluso a veces de cómo combinan unos con otros.
Vivimos muchas veces del mito de que los «principios siempre son bonitos» pero yo te puedo asegurar que hay muchos principios que no son de película ni de cuento de hadas.
UN DÍA GRIS
Un día gris, lluvioso, frío y extremadamente silencioso. Así entre un simple lunes a las 11 de la mañana en lo que sería mi casa y parte de mi vida. En ese momento todavía no lo sabía…
El bus me dejó fuera del complejo y atravesé aquella puerta que decía «Complejo Educativo de Cheste». Caminé entre medio de las pinadas, sola, sintiéndome extraña y triste en aquel lugar solitario en el que se suponía que vivían más de 1000 personas, ¿dónde estaban? ¿Jugando al escondite?
Tras los árboles apareció un edificio, pero gris, de cemento, con agujeros cuadrados que me recordaba a los nichos de un cementerio, ¿podía aquello ser más triste?
Pues no, más triste no pudo ser porque en ese lugar acumulé las mejores experiencias de mi vida, aprendizajes, valores útiles, y sobretodo amigos de una calidad humana sin igual. Allí, entre aquellos tonos grises, viví las risas y las lágrimas más auténticas que he vivido en mi vida.
LO QUE HABRÍA PERDIDO
Si aquel día al sentir aquellos tonos grises dentro de mí, al sentir la soledad o la tristeza hubiese dado media vuelta, me habría perdido una vida apasionante, no solo por esos tres años que pasé allí sino por todo lo que me llevé y hoy en día todavía me acompaña. Y ese es el punto sobre el que hoy podemos reflexionar: los comienzos a veces ilusionan tanto como asustan. Si pensamos en inicios fáciles posiblemente no haríamos nada en la vida. Tenemos la falsa ilusión de que un inicio será fácil pero mi experiencia me dice lo contrario: en un inicio tienes que aprender, tienes que adaptarte, investigar, pensar, sentir, hay tantos verbos que poner en funcionamiento que a veces la tarea se nos acumula y más bien resulta complicado.
Y en ese punto, uno se dice… ¿Por qué no abandono? ¿Valdrá la pena tanto esfuerzo?
Pues claro que valdrá la pena, pase lo que pase valdrá la pena porque en el futuro no te perseguirá esa frase de: ¿y si lo hubiese intentado?
MÁS RECURSOS PARA TUS INICIOS
Lo que sí que es importante es que si vas a vivir un «inicio» te cargues de recursos para pasar lo mejor posible por la experiencia. ¿Y qué recursos te podrían ser útiles?
– No vivas de cuentos de hadas: no te imagines la mejor de las situaciones, si va a venir ya la vivirás. Prefiero que prepares tu cuerpo para algo no tan perfecto: podría llover el día de tu boda, podría ser que el país al que viajes no esté compuesto solo por las fotos preciosas que te mostró alguien, puede que el jefe al que tanto adoras tenga malos días o que tu mejor amigo tenga un día en el que no le apetezca verte, puede que ese bebé que esperas no solo sonría sino que alguna noche puede amenizar tu sueño de lloros.
– Activa todos tus sentidos: pasa por la experiencia escuchando todo lo que puedas, notando olores y fragancias distintas, sintiendo lo que tienes ante ti, con los ojos tremendamente abiertos y saboreando cada instante aunque no sea perfecto.
– Aprende algo, aprende y aprende: si la experiencia es regular, si es buena, si es malísima, sea como sea seguro que puedes aprender algo de la misma. Aprende lo que quieres, o lo que nunca harás de esa manera, pero aprende, no pases ni por una situación en la vida sin haber aprendido algo.
RETO DE LA SEMANA:
El reto de esta semana trata de que inicies algo, sea lo que sea. Que te imagines el inicio y después lo lleves a cabo y que notes las diferencias entre lo imaginado y la vida real, la que se produce en el aquí y el ahora. Puedes imaginarte cómo será iniciarte en escribir la primera página de un libro, o cómo será empezar a “poner orden» a tu escritorio, o hacer una tarta. Y después de imaginarlo, hazlo y nota las diferencias, porque ahí es donde realmente empieza la vida.
