Qué hacer cuando alguien de tu equipo “se monta” su empresa

“Me encantaría que las personas de mi equipo estuvieran tan enamoradas de nuestra empresa, de nuestro logo, de nuestros colores que no necesitaran coquetear con nadie ni con nada más”.

Así es como yo pensé durante años en esa monogamia que nos hace creer que, si para esa persona somos su fuente de vida principal, no nos abandonará. Así es como yo pensé hasta que acabé descubriendo que nuestros colaboradores son como aves que necesitan libertad para volar. Descubrí que había que dejar la “jaula” abierta para que si decidían quedarse dentro lo hicieran por propia voluntad, por pasión, por creer en el proyecto y no por sentirse atrapados en el mismo.

Cuando empiezas a verlo de esta manera, descubres que todo tu equipo tiene ciertas pasiones, proyectos y objetivos que distan muchas veces del trabajo que realizan en su puesto. Puedes pensar que no es tu problema atender a esas otras necesidades, pero si quieres crear un equipo potente y comprometido a través del tiempo, tendrás que incluir dentro de tus objetivos cumplir los de ellos mismos.

Esta forma de pensar y proceder no me pone las cosas fáciles como Directora General de nuestra empresa, pero sí que te puedo decir que a largo plazo crea un equipo tremendamente potente y cohesionado. El hecho de la libertad y del apoyo incondicional a sus decisiones, nos ha permitido crecer a lo largo del tiempo, ganar en clientes, en resultados y sobretodo disfrutar de un clima laboral que muchos envidian.

Hoy me gustaría ponerte un ejemplo claro de una de esas personas a las que se les potencia más allá de Proformación. Adriana Sánchez llegó hace un par de años a la empresa como consultora junior. A su favor puedo decirte que es alguien con ganas de aprender, con una predisposición excelente, con capacidad de aportar todo lo que sabe en cualquier campo de la vida, trabajadora y detallista hasta en la médula. Adriana llegó a la empresa cuando empezaba a incubar una pequeña empresa de “detalles con encanto”: Lovely Baskets. A partir de ese punto puedes ignorar su proyecto o interesarte por el mismo y apoyar a tu colaborador en lo que puedas para que no tenga que elegir entre el proyecto de la empresa y el suyo propio. 

Te pongo algunos ejemplos de cómo contribuimos desde la empresa a su proyecto: 

1. Conocer su proyecto de cerca, con interés y descubriendo realmente cuáles son su motivaciones e ideas de futuro puestas en el mismo. Esto hace que la persona no tenga que gastar energía “ocultando” gestiones y tareas que tiene que hacer para su empresa con lo que nos ayuda a crear timings en los que pueda organizar y realizar ambos trabajos. Es cierto que no siempre será compaginable y en ese caso tendrá que primar su trabajo de formadora y consultora, pero cuando lo sea, se facilitará la coordinación de ambos. Por ejemplo, si tengo que poner una reunión lunes o martes y ella tiene que preparar sus envíos el lunes, pues la pondremos martes. Con este pequeño detalle ya se le facilita la coordinación de ambos objetivos.

2. Darle feedback a nivel de negocio: en algunos momentos tanto yo como el equipo nos tomamos la libertad de darle puntos de mejora en cuanto a sus productos, la comunicación que utiliza, las redes sociales, etc. Estas visiones externas le permiten ir mejorando tanto sus productos como la gestión de su propia empresa. 

3. Ofrecerle los recursos disponibles en nuestra empresa: en algunas situaciones podemos ofrecerle recursos de nuestra propia empresa para que no tenga que hacer ciertos desembolsos en la suya. En el caso de Adriana le ofrecemos tanto espacios por si tuviera que reunirse con uno de sus clientes, como materiales de oficina (guillotina, impresora, materiales varios), es decir, todo aquello que está a nuestro alcance y que además no aumenta considerablemente nuestros costes empresariales. 

4. Contar con sus servicios: justo ayer utilizamos su nueva línea de servicios («Grazing table»)para dar una pequeña sorpresa al equipo. Después de más de 3 meses sin vernos, ya era hora de empezar la desescalada y reducir las distancias a 2 metros, gel y mascarilla. En vez de irnos a un restaurante, decidimos acondicionar la oficina y crear una experiencia más segura para el equipo y a su vez más íntima, personal y significativa. ¡Y así fue!

Este es el ejemplo de Adriana, pero es una máxima que vamos aplicando con distintas personas para que puedan compaginar el trabajo en nuestra empresa con otras áreas de sus vidas que les llenan y les motivan. Puede que esto te haga pensar en el concepto de altruismo, generosidad o buenas intenciones a la hora de potenciar a nuestra gente. Y sí, es cierto, que a mí siempre me ha apasionado hacer combinaciones, mezclas, llevar varias cosas adelante y sacarlo todo con el máximo éxito posible. Pero también te diré que en este caso no es todo altruismo, ni mucho menos. No es que seamos tan “buenos” que dejemos abandonado nuestro proyecto de Proformación para potencial al resto, no. Si lo piensas racionalmente se trata de crear una relación mutua en la que haya colaboración, en la que yo te facilite todo lo que necesitas para que mañana tú lo puedas hacer fácilmente por mí. Se trata de que esta persona que vive encantada con poder desarrollar todos los proyectos que tiene entre sus manos, va a ser más feliz y esto repercute en nuestros clientes, va a ser más responsable y esto repercute en nuestra empresa, va a ser más creativa y esto después repercutirá en nuestros proyectos. Al menos hasta el momento ha funcionado…

RETO DE LA SEMANA:

Esta semana te planteo el reto de que ayudes a alguien del equipo a acercarse a sus sueños, a sus objetivos, a sus metas personales o profesionales. Es verdad que a veces puede requerir esfuerzo por nuestra parte como líderes, pero sin duda tiene un retorno que muchas veces llega a verse incluso en la cuenta de resultados.

¡Nos vemos la próxima semana!