¿Japonés? No, no es japonés. Es un señor español, muy español. Sé que el nombre parece un tanto asiático, pero no lo es. Igual lo conoces en inglés, el señor Now…
Durante muchos años, yo solía quedar con don mañana, o don Luego, o don a la Semana que viene o incluso con el señor El día que… Y la verdad es que me he cansado de quedar con ellos. No me aportan nada sino que más bien me quitan muchas oportunidades, todas aquellas que yo permito que me roben.
Hace unos días hablaba con ella:
– Estoy preocupada. No tengo ganas de hacer la llamada.
– Pero si la semana pasada me dijiste que ibas a hacerla-le contesté recordándole sus propias palabras.
– Ya lo sé, pero es que no veo el momento. Tengo que decirles o sí o sí que tienen que pagar el alquiler del local. Yo sé que todavía no están trabajando pero tienen todos sus materiales allí, desde hace dos meses. Les he dado esa cadencia pero el mes próximo necesito que empiecen a pagar porque yo estoy pagando mis impuestos por ese alquiler.
– Pues llama.
– Sí, después lo haré.
– No, vamos a hacer un experimento…
Me dejó su móvil un segundo, marqué el número de la persona con la que tenía que hablar y cuando vino ella a ser consciente de lo que yo había hecho, la voz de esa persona sonaba al otro lado del teléfono.
Resultado: 1 minuto de explicación y la otra persona entendía perfectamente la situación y elacuerdo asumido. El próximo mes se iniciará el pago del alquiler.
Mi amiga me miraba sorprendida:
– Tanto tiempo para hacer la llamada pensando que la chica no querría pagar ya y tendría que discutir el tema y en un minuto todo solucionado. ¿Para qué sufrir tanto?
Ese es el punto, ¿para qué sufrir tanto? Si el resultado tenía que ser negativo, cuánto antes mejor. Y muchas veces como en esta ocasión no llega a ser ni mucho menos lo imaginado. Tenemos una tendencia perfecta a imaginar grandes desastres y consecuencias mucho más negativas que las que nos encontramos en realidad.
¿Qué otras consecuencias negativas tiene tontear con el señor «mañana»?
La primera de ellas es que «mañana» nunca llega, se resiste a llegar y siempre está a la misma distancia de 24 horas. Esto hace que por esperar se pierdan oportunidades muchas veces irrecuperables: posibilidades de nuevos proyectos, nuevos trabajos, nuevas personas que te podían haber aportado algo, nuevos aprendizajes, retos, viajes y un largo etcétera de experiencias.
Otra consecuencia puede tener que ver con algo tan físico como con aumentar nuestro dolor de cabeza. El simple hecho de darle vueltas a temas que nos preocupan, puede provocar físicamente dolor de cabeza y a su vez nos dificulta tomar decisiones acertadas y ágiles.
En tercer lugar, el hecho de tontear con “don mañana” disminuye nuestros plazos de tiempo y aumenta el estrés y los efectos secundarios que éste puede acarrear. En situaciones de este tipo nuestro cuerpo desarrolla una respuesta de estrés que no resulta nada útil sino que más bien aumenta dolencias físicas que mantenidas en el tiempo pueden tener consecuencias nefastas para nuestro cuerpo.
Para ello, no hay más opción que empezar a entrenarnos y practicar el ya, ahora, aquí, justo en este momento. Te doy algún ejemplo simple de cuándo se puede empezar a practicar esta habilidad:
– Llamadas que incomodan: si tienes que hacer una llamada complicada, que te incomoda, a la que de alguna manera temes, no te lo pienses ni por un segundo… mientras notas todo ese tipo de agobio en tu cuerpo ves marcando el número de la persona y cuando conteste no tendrás más opción que hablar de lo que tenías pendiente con ella.
– Saltos al hacer rappel: Si te asusta saltar con ese paracaídas, tan solo tienes que pensarlo mientras saltas. Date cuenta de que el miedo en sí no es capaz de impedir el salto físico, por lo que salta y cuando ya estés por los aires no habrá más opción que continuar adelante.
– Ir a la piscina: Al hacer cualquier tipo de deporte es habitual que sientas la incomodidad antes de empezar, pero esta, una vez más no te va a impedir ponerte tus deportivas y empezar a correr o simplemente lanzarte dentro de la piscina. Te aseguro, que en la piscina cabes tú con todas las excusas que te puedas imaginar.
– Conversación pendiente con tu manager: Si tienes una conversación pendiente, es muy sencillo, envía un mensaje o un mail pidiendo una cita. En el momento en que le des a “enviar” ya no hay vuelta atrás por lo que sin darte cuenta te encontrarás en medio de la situación, asumiendo tu responsabilidad en la misma e intentando salir de la mejor manera posible.
El reto de esta semana empieza hoy, no mañana ni pasado. La acción tiene que ser para “ya mismo”. Piensa justo ahora en una llamada, un mensaje o un mail que has estado posponiendo y “ya” hazlo, sin pensar más allá, junto con todos tus miedos, excusas o justificaciones. ¿A qué esperas? Vamos “ya” deja de leer y ponte en acción.
¡Nos vemos la próxima semana!
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