¿Qué se siente cuando estás a punto de dar una conferencia?

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Son las 17 horas. Todavía queda prácticamente una hora y media. Demasiado tiempo. Aparcas, bajas del coche y abres el maletero. Sacas todos los “por si…” y cuando digo todos, digo todos: portátil, agenda, bolis, tijeras, cepillo del pelo, pasta de dientes, bolso, zapatos extra, chaqueta, botella de agua, móvil, perfume, pintalabios, papeles, agujereador de páginas (¿para qué? Yo que sé, pero ahí está), grapadora y risa, mucha risa.

¿Cómo es posible llegar tan cargada? ¿Vas a la guerra?

 

ENTRADA: TÚ Y TUS CIRCUNSTANCIAS

Por supuesto, 100 metros y ahí está la puerta grande, la del edificio. En ese punto en el que entras notas que no vas sola. Evidentemente sientes que vas acompañada de mil cachivaches pero la sorpresa es que no es lo único que llevas. Cuando dejas los cachivaches en la primera sala del primer piso, la que está al subir a la derecha, cuando lo dejas todo en el suelo, empiezas a sentir que todavía hay mucho más, hay unas cuantas cosas que no puedes dejar sobre el suelo: sensación de mariposas en el estómago, manos que empiezan a sudar, un suspiro y otro y otro más profundo, y algo continua moviéndose dentro de tu cuerpo, movimiento de brazos, cruzados y descruzados, emociones, ralladas que te pasan por la cabeza, pasos hacia delante, media vuelta, pasos hacia atrás, sensaciones, calor y frío, frío y calor.

 

DISIMULO

¡Ah! ¡Hola! ¿Qué tal estás? Pues nada, muy bien (no sé yo si con ese muy bien me refiero a lo descrito o algo más, es un muy bien, muy bien raro). Ya tienes a alguien con quien compartir unas palabras, alguien con quien compartir toda esa energía que te sobra y disimular tu nerviosismo.

Y se disimula el sudor en tus manos, y te olvidas por un segundo de las mariposas en el estómago y parece que puedes articular tres palabras seguidas. Hablas de algo, de lo que sea, sea lo que sea con esa persona que acaba de llegar, y con ello le fastidias a tu cabeza “crear” más y más nerviosismo. Con esa conversación mareas a la vocecita interior que minutos antes te recordaba lo tremendamente importante que es hacerlo todo perfecto, sin fallo, sin error (qué pena…porque también sería sin aprendizaje).

Vuelves a notar todo otra vez en el cuerpo, esas voces que van llenando el lugar, esas miradas que serían capaces de recordar el color de tus zapatos y el de tu pelo, me refiero a esas miradas de chequeo en general. Esa tranquilidad con la que entran que choca con tu revolución interior. Se acerca el momento, la hora, son las 18:30 y no quedan casi espacios disponibles.

 

PISTOLETAZO DE SALIDA

Tu corazón late, eres capaz de contar las pulsaciones sin acercar la mano al pecho y ya sin más escuchas esa voz que dice…

“Ahora os presento a Reme Egea. Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Creadora del proyecto Con los Pies en el Aula, Conferenciante, consultora y socia de Proformación, S.L. Desarrolla métodos de liderazgo y equipos eficaces con empresas como Ford Motor Company, Acciona, Consum. Trabaja también en distintas escuelas de Negocio, Cámaras de Comercio y colegios Oficiales.

Apasionada de la vida, viajera, alguien a quien le gustan los desafíos. Y no hay mayor desafío que liderar y enseñar a liderar, y ella es capaz de ambas.

Os dejo con ella”.

 

UAUUUUU…

Y en ese justo instante conectas con la frase que has repetido miles de veces a tus alumnos cuando les entrenas para “Hablar ante un público”:

“Recuerda que solo hay un grupo de personas que pueden estar delante de 200 ojos y no sentir nada, nada en sus cuerpos. Y ese grupo de personas son…¡los muertos!”

¡Qué suerte tengo de estar viva! Y con eso la voz y todo el disfrute que se siente al comunicarte con cada mirada y cada palabra con esas 200 personas, empieza tu conferencia.

RETO DE LA SEMANA:

El reto de la semana no sé cuan asequible te puede resultar, ni hasta qué punto puedes llegar a lo grande, pero si no, llega a lo pequeño. Te voy a pedir que prepares una conferencia de solo 10 minutos, con 3 grandes ideas a transmitir. Prepárala, disfruta de cada paso que des en la misma y después busca una audiencia. No te pido que busques a 300 personas, no te pido que te vayas a un auditorio, tan solo te pido que tengas una pequeña audiencia. ¿Sirve tu hijo de 3 meses? Sí, sirve como público. ¿Sirve tu abuelita? Por supuesto, y además estará tremendamente encantada. ¿Sirve tu pareja? Of course, seguro que nunca te vio tan hecho un flan. Cuando tengas a esa audiencia ante ti, empieza tu conferencia y siente a cada segundo la enorme suerte que tenemos de estar vivos.

¡Nos vemos la próxima semana!

Reme Egea
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto educativo "Con los pies en el aula", Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

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