Somos nosotros los que le faltamos al tiempo
“No es el tiempo el que nos falta. Somos nosotros quienes le faltamos a él” Paul Claudel.
Es posible que todos los días de tu vida, le recuerdes a alguien de tu equipo que te falta tiempo, a un compañero, a un colaborador tuyo o a tu jefe. Es muy posible que se haya convertido en tu frase perfecta cada vez que no llegas a cumplir un compromiso de tipo personal o profesional. Pero Paul Louis Charles Claudel te diría que tu frase o tu forma de entender la realidad está equivocada. Paul Claudel fue un diplomático y poeta francés que nació en agosto del 1868 en Villeneuve-sur-Fère (Francia) y murió en Paris en de febrero del 1955.
Paul creía que éramos nosotros mismos los que en realidad le faltábamos al tiempo…¿y qué quería decir con esto?
FORMAS DE “FALTARLE AL TIEMPO”
Es muy probable que el significado para Paul tuviese distintas acepciones, pero si me voy al mundo empresarial, en el que la frase de “no he tenido tiempo” se ha convertido en una de las más sobreutilizadas, podríamos estar faltando de distintos modos:
- Vivimos como si siempre fuese a existir un mañana: llegamos a creernos que estamos formando parte de un equipo, de una empresa o de un proyecto como si siempre fuésemos a estar ahí para siempre. Después se producen cambios inesperados (alguien que se va de tu equipo, proyectos que acaban por falta de recursos o incluso un despido que nunca jamás habrías imaginado) y a veces no somos capaces de aceptarlo y tirar adelante en poco tiempo sino que nos quedamos anclados en el problema.
- Vivimos como si el tiempo no fuera el bien más preciado que existe: cuando nos sumergimos en nuestro día a día laboral muchas veces perdemos opciones porque creemos que lo que no hagamos hoy, lo podemos hacer mañana. A veces son opciones de formación, otras son opciones de desarrollar el proyecto de tus sueños o incluso decirle a alguien de nuestro equipo el valor e importancia que tiene en nuestra vida. En ese punto en el que pensamos que el tiempo es un pozo sin fondo llegamos a malgastar minutos y horas que ya nunca más recuperaremos.
- Vivimos haciendo malas planificaciones del tiempo: nos pensamos que somos supermanes y superwomans y hacemos planificaciones perfectas pensando que llegarán todos los recursos cuando esperamos, que todo el mundo nos contestará con rapidez, que cada uno hará su parte correspondiente y nosotros la nuestra en tiempo record y después suceden los imprevistos. Si algo realmente se puede prever en un proyecto, es justo eso, que habrá imprevistos.
- Vivimos el tiempo de forma estresante: vivimos el tiempo con la tensión de que nunca tenemos horas suficientes, de que no llegas, de que acabará el plazo y no cumplirás con lo previsto, en vez de vivir el tiempo como un punto de estrés positivo, algo que haga mover toda la adrenalina en tu cuerpo. Y es que el tiempo también se puede vivir de esta manera tan positiva, como si de un pequeño concurso se tratase, disfrutando de las mejoras que haces con el mismo cada día y buscando estrategias realmente útiles y eficaces.
- Vivimos sin vivir el tiempo: somos capaces de vivir sin estar presentes, sin notar cada segundo que vivimos y aprovecharlo al máximo. Pasan personas a nuestro lado, comparten este tiempo, vivimos cosas por primera vez en la vida, descubrimos nuevos procesos, nuevos lugares, nuevas personas y aun así somos incapaces de sacarle el máximo jugo a cada día que pasamos en nuestro contexto laboral.
RETO DE LA SEMANA:
El reto de esta semana se trata de que te des cuenta en qué modo le faltas tú mismo al tiempo. ¿Le faltas de alguna de las formas que te hemos planteado? ¿Le faltas al tiempo de cualquier otra manera?
¡Nos vemos la próxima semana!